El dolor: un fenómeno complejo

 Dolor: un fenómeno complejo 

 


 

Es un término relativo. Para algunas personas puede significar el control suficiente del dolor para tener un par de horas de descanso; otros individuos pueden verlo como no experimentar tensión física y mental. 

 

El dolor es la mayor amenaza del confort, es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial. El dolor es subjetivo y depende de la percepción y la memoria del paciente.  

 

El dolor continuo puede comportar muchas complicaciones en los mayores, si el movimiento causa dolor entonces el adulto mayor limita moverse y en consecuencia desarrolla ulceras por presión, neumonía, y estreñimiento. El dolor pude llevar a una persona atener poco apetito, puede hacer que una persona se deprima, y experimente desesperanza y ansiedad espiritual. 


Hay dos tipos de dolor: Agudo y crónico. En general, el dolor agudo aparece de repente, debido a una enfermedad, lesión o inflamación. A menudo puede ser diagnosticado y tratado. Generalmente desaparece, aunque a veces puede convertirse en dolor crónico. El dolor crónico dura mucho tiempo y puede causar problemas graves.

El dolor no siempre es curable, pero hay muchas formas de tratarlo. El tratamiento depende de la causa y el tipo de dolor. Hay tratamientos que usan medicamentos, como los analgésicos. También hay tratamientos sin medicamentos, como la acupuntura, la fisioterapia y, a veces, la cirugía.

 Según su patogenia

1) Neuropático: Está producido por estímulo directo del sistema nervioso central o por lesión de vías nerviosas periféricas. Se describe como punzante, quemante, acompañado de parestesias y disestesias, hiperalgesia, hiperestesia y alodinia. Son ejemplos de dolor neuropático la plexopatía braquial o lumbo-sacra post-irradiación, la neuropatía periférica post-quimioterapia y/o post-radioterapia y la compresión medular.

2) Nocioceptivo: Este tipo de dolor es el más frecuente y se divide en somático y visceral que detallaremos a continuación.

3) Psicógeno: Interviene el ambiente psico-social que rodea al individuo. Es típico la necesidad de un aumento constante de las dosis de analgésicos con escasa eficacia.

Según la localización

1) Somático: Se produce por la excitación anormal de nocioceptores somáticos superficiales o profundos (piel, musculoesquelético, vasos, etc). Es un dolor localizado, punzante y que se irradia siguiendo trayectos nerviosos. El más frecuente es el dolor óseo producido por metástasis óseas. El tratamiento debe incluir un antiinflamatorio no esteroideo (AINE).

 2) Visceral: Se produce por la excitación anormal de nocioceptores viscerales. Este dolor se localiza mal, es continuo y profundo. Asimismo puede irradiarse a zonas alejadas al lugar donde se originó. Frecuentemente se acompaña de síntomas neurovegetativos. Son ejemplos de dolor visceral los dolores de tipo cólico, metástasis hepáticas y cáncer pancreático. Este dolor responde bien al tratamiento con opioides.

Según el curso

1) Continuo: Persistente a lo largo del día y no desaparece.

2) Irruptivo: Exacerbación transitoria del dolor en pacientes bien controlados con dolor de fondo estable. El dolor incidental es un subtipo del dolor irruptivo inducido por el movimiento o alguna acción voluntaria del paciente.

Según la intensidad

1) Leve: Puede realizar actividades habituales.

2) Moderado: Interfiere con las actividades habituales. Precisa tratamiento con opioides menores.

3) Severo: Interfiere con el descanso. Precisa opioides mayores.


 

El manejo de dolor puede realizarse des el momento que se escucha al adulto mayor con este padeciendo, con la aplicación de fármacos, la modificación de la dieta, hacer ejercicio y rehabilitación. Siempre es importante que te apoyes en tu médico de confianza para que el tratamiento sea el mejor para tu tipo de padecimiento y no automedicarse. 

 


 


Animar a hablar y demorar interés mediante el lenguaje corporal y la retroalimentación, describir los procedimientos que se deben realizar, frotar suavemente los hombros del paciente, masajearle, o sostener una mano constituye una atención y una conexión reconfortante. Estar atento a los signos que pudiera indicar peligro, como un suspiro, lo ojos llenos de lágrimas, y las expresiones de afecto.


es importante identificar que le aqueja al adulto mayor para tratarlo y mejorar la calidad de vida, con ello tendrá una vida más feliz.


 

 

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