El cuidador
Antropología cultural y cuidado
Se entiende a las relaciones humanas desde los inicios de la vida del hombre en el planeta, antropológicamente se tiene una estrecha relación entre los seres vivos no solo en humanos, históricamente se vive en comunidad, y el apoyo entre congéneres se da como una necesidad humana, dicho de otra forma, cuidamos por naturaleza de nuestros semejantes. Pero ¿Qué es cuidar?
Para Domínguez Alarcón (1986), los cuidados “son una práctica normal y unos conocimientos ligados a las formas de vida, inseparables a la noción de supervivencia de los seres humanos”. Siles et al (1998,) mencionan que los cuidados de salud son “antropológicamente desde sus orígenes más remotos, se organizan para cubrir la necesidad de alimentación, lactancia y crianza, que determina el desarrollo cultural de los grupos humanos”. Es decir todas las civilizaciones a lo largo de su historia se organizaron para protegerse, de satisfacer las distintas necesidades que surgían y la resolución de problemas, de esta forma también se organizaron para proteger su salud tanto de forma colectiva como individual haciendo que prosperaran.
El cuidado y el cuidador
El cuidado es casi tan viejo como la creación de la vida tal vez y sus orígenes se pierden en el tiempo; Florence Nigthingale desarrolla los medios teóricos de lo que es, o tiene que ser la acción de cuidado, además se le atribuye las bases de la enfermería moderna, sentó las bases de la higiene hospitalaria, la asepsia, iniciando a los 17 años de en visitando las viviendas de personas pobres, mitigando sus penas; en 1882 publica “como cuidador al enfermo”, el objetivo fundamental de su modelo es conservar la energía vital del paciente y, considerando la acción que ejerce la naturaleza sobre los individuos, colocarlo en las mejores condiciones posibles par que ésta -la naturaleza- actúe sobre él. Su teoría se centró en el medio ambiente. Creía que un entorno saludable era necesario para los cuidados de enfermería (Ramírez-Gutiérrez, 2013).
Florence Nigthingale, afirmo que existen cinco puntos esenciales para asegurar la salubridad de las viviendas: aire puro, agua pura, desagües eficaces, limpieza y luz.
No existe una teoría que describa el cuidado, la más cercana es la realizada por Florence Nigthingale pero es una teoría de la enfermería que incluye el cuidado; su teoría de la enfermería se basaba en 5 componentes:
1. El componente biológico de la gente fue tratado en relación con la curación y la prevención de la enfermedad.
2. El componente psicológico se compone de cosas que definen los procesos de pensamiento, concepto de sí mismo, sentimientos e intelecto.
3. El elemento social de las personas consiste en las interacciones dentro de la sociedad.
4. El elemento espiritual de las personas, el sistema de valores que les ayuda en la toma de decisiones que determinan el bien del mal.
5. la espiritualidad, según Nightingale estaba atada a su sistema de creencias religiosas, pero no a una religión especifica.
Florence Nightingale definía enfermedad como el camino que utiliza la naturaleza para desembarazarse de los efectos o condiciones que han interferido en la salud. Y definía salud diciendo que la salud es no solamente estar bien sino ser capaz de usar bien toda la energía que poseemos. La enfermería, entonces, es tanto ayudar al paciente que sufre una enfermedad a vivir como poner o mantener el organismo del niño sano o del adulto en un estado tal que no padezca enfermedad (Ramírez-Gutiérrez, 2013).
La práctica de cuidar se inició tradicionalmente dentro del ámbito privado del domicilio, los familiares eran reconocidos como fuente del cuidado, siendo que, la figura femenina era la responsable elegida para este tipo de cuidado. La revolución industrial transformó la estructura familiar, creándose los hospitales, los asilos, los manicomios y los hogares de refugio, locales que tenían como propósito concentrar recursos humanos y tecnológicos par atener a los enfermos; el Estado asumió de esta forma el rol de cuidar a sus ciudadanos, trasladándose por lo tanto de la familia para el estado (Souza, Wegner, & Pinto-Coelho-Gorini, 2007).
Los sistemas de salud vigentes consideran el tratamiento de las personas con enfermedades crónico degenerativas, como de aquellas que requieren tratamientos paliativos en casa, bajo el cuidado de la familia, de esta forma el estado divide la con la familia la responsabilidad de cuidado del enfermo, trasladando a los espacios familiares y comunitarios la función de ambientes de cuidado A la familia se le atribuye la responsabilidad de cuidar de sus miembros, tarea relacionada a la responsabilidad social que cada uno tiene con sus familiares. Por lo que, se espera que este familiar esté en condiciones saludables para ejercer acciones de cuidado con su prójimo (Souza, Wegner,
Para Hartke et al (2006), agrega a la definición de cuidador el tiempo; para decir que el cuidador es primario (el principal sujeto del cuidado) debe tener por lo menos 1 mes a cargo del cuidado del dependiente. Ziran et al (2009; p. 537) escriben una definición y dice que: “los cuidadores es cualquier persona que da cuidado a un paciente de forma informal (es decir, sin pago ni compensación por tiempo o esfuerzo, o ambos). Los cuidadores tienen relación con el paciente en una de las siguientes formas: esposa, hijo, hija, nietos, amigos u otros como pareja o padre”. Otro aspecto que involucra el cuidado son las actividades de la vida diaria; Plank, Mazzoni & Cavada (2011, p. 2074) incluyen en la definición de cuidador primario las actividades de la vida diaria (bañar, vestir, darle de comer, entre otras), la definición es “una persona que proporciona apoyo informal (no remunerado) a un individuo incapaz de completar todas las tareas de la vida diaria”. Rivera-Mora et al, (2011, p. 28) escriben que “el perfil típico del cuidador es ser mujer, ama de casa con una relación de parentesco directa y que convive con la persona que cuida, pero además el tipo de tareas que se realiza está determinado por las necesidades del beneficiario y en ocasiones la demanda puede superar las propias posibilidades del cuidado”, otro ejemplo realizado en nuestro país es de Prieto-Miranda et al (2015), nos dicen que un cuidador se crea posterior a que existe una merma en la capacidad de autocuidado o autonomía de alguna persona se hace necesario que una persona, más frecuentemente del núcleo familiar, realice las funciones que el paciente no puede llevar a cabo, asignándose de común acuerdo con la familia o de forma obligatoria, convirtiéndose en el cuidador primario para la persona dependiente.
Todos son conceptos similares, sin embargo, Ruiz-Robledillo & Moya-Albiol (2012, p. 24) citan “el Libro Blanco de la Dependencia (2005) va más allá́, aportando una definición más exhaustiva de lo que significa el cuidado familiar de una persona dependiente, definiéndolo como “el que se presta por parientes, amigos o vecinos. Este conjunto difuso de redes suele caracterizarse por su reducido tamaño, por existir afectividad en la relación y por realizar el cuidado no de manera ocasional, sino mediante un compromiso de cierta permanencia o duración”. En este sentido, esta definición complementa la introducida por la ley, ya que integra el carácter temporal de los cuidados, la implicación afectiva que se da entre el dependiente y el cuidador y el volumen de la red que proporciona las atenciones”.
Podemos concluir que el cuidador es aquella persona cercana al dependiente (familiar o amigo) que suple las funciones que el dependiente no puede llevar a cabo, provee además apoyo emocional y es la que mayor tiempo emplea en esta actividad de cuidado, sin remuneración económica, aceptando indirecta o directamente las consecuencias que lleva el cuidado como la sobrecarga, emocionales (estrés, depresión) y físicas (lesiones músculo esqueléticas) que pueden presentarse.
Bibliografía
Domínguez-Alarcón, C. 1986. Los cuidados y la profesión de enfermería. Ed. Pirámide, Madrid.
Hartke, R. J., King, R. B., Heinemann, A. W., & Semik, P. (2006). Accidents in older caregivers of persons surviving stroke and their relation to caregiver stress. Rehabilitation Psychology, 51(2), 150-156.
Plank, A., Mazzoni, V., & Cavada, L. (2011). Becoming a caregiver: new family carers’ experience during the transition from hospital to home, Journal of Clinical Nursing, 21, 2072–2082, doi: 10.1111/j.1365-2702.2011.04025.x
Ramírez-Gutiérrez, A. 2013. Florence Nightingale, la dama de la lámpara, Revista Cuidándote digital Vol 3, Recuperado de: http://revistacuidandote.eu/fileadmin/VOLUMENES/2013/Volumen5/Alumnos/3Florence_Night..pdf (Accesado el 20-04-2017).
Rivera-Mora, H., Dávila-Mendoza, R., & González-Pedraza, A. (2011). Calidad de vida de los cuidadores primarios de pacientes geriátricos de la Clínica de Medicina Familiar Dr. Ignacio Chávez, ISSSTE, Rev Esp Med Quir, 16(1); 27-32.
Ruiz-Robledillo, N., & Moya-Albiol, L. (2012). El cuidado informal: una visión actual, Revista de Motivación y Emoción, 1, 22 – 30. Recuperado de: http://reme.uji.es/reme/3-albiol_pp_22-30.pdf accesado el 21-11-2016.
Souza, L. M., Wegner, W., & Pinto-Coelho-Gorini, M. I. 2007. Health education: a strategy of care for the lay caregiver. Rev. Latino-Am. Enfermagem [online]. vol.15, n.2, pp.337-343. ISSN 1518-8345. Recuoperado de: http://dx.doi.org/10.1590/S0104-11692007000200022. Accesado el 28-2017.
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